¿Qué hábitos de alimentación concretos poseen una mayor influencia en el peso corporal de los niños?
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URI: http://hdl.handle.net/20.500.12226/178Exportar referencia:
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2018Resumen:
Los hábitos de alimentación se han asociado habitualmente al Índice de masa corporal (IMC) o las clasificaciones de las personas en función del mismo tanto en adultos como en población infanto-juvenil. Con el objetivo de explorar qué hábitos concretos se relacionan con el peso, se examinaron las respuestas de 169 escolares de 10 a 12 años (91 chicos y 78 chicas) procedentes de un colegio público de la CCAA de Madrid a un cuestionario de hábitos saludables elaborado ad hoc. Teniendo en cuenta el sexo, edad e IMC de los sujetos se extrajeron los percentiles en los que estos se ubicaban usando las tablas al uso. Posteriormente, los sujetos se clasificaron en cuatro grupos (infrapeso, normopeso, sobrepeso y obesidad) para realizar los análisis estadísticos. El ANOVA llevado a cabo para constatar si la puntuación total en hábitos de alimentación (HA) difería en las distintas categorías de peso no resultó significativa. No obstante, al analizar los distintos ítems que componían esta escala mediante χ2 se encontró que consumir frutas, la frecuencia con la que se come solo y el hecho de realizar un almuerzo entre el desayuno y la comida eran variables asociadas a la clasificación de los participantes en las cuatro categorías de peso. En el resto de variables, entre ellas, el número de comidas realizadas al día, algunas variables relativas al desayuno o al consumo de comida basura, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas. Estos datos contradicen algunos estudios previos pero confirman el valor de ciertas circunstancias relativas a qué consumen los niños, cómo y cuándo, cuya relación con el peso corporal de estos apenas han sido estudiadas hasta la fecha.
Los hábitos de alimentación se han asociado habitualmente al Índice de masa corporal (IMC) o las clasificaciones de las personas en función del mismo tanto en adultos como en población infanto-juvenil. Con el objetivo de explorar qué hábitos concretos se relacionan con el peso, se examinaron las respuestas de 169 escolares de 10 a 12 años (91 chicos y 78 chicas) procedentes de un colegio público de la CCAA de Madrid a un cuestionario de hábitos saludables elaborado ad hoc. Teniendo en cuenta el sexo, edad e IMC de los sujetos se extrajeron los percentiles en los que estos se ubicaban usando las tablas al uso. Posteriormente, los sujetos se clasificaron en cuatro grupos (infrapeso, normopeso, sobrepeso y obesidad) para realizar los análisis estadísticos. El ANOVA llevado a cabo para constatar si la puntuación total en hábitos de alimentación (HA) difería en las distintas categorías de peso no resultó significativa. No obstante, al analizar los distintos ítems que componían esta escala mediante χ2 se encontró que consumir frutas, la frecuencia con la que se come solo y el hecho de realizar un almuerzo entre el desayuno y la comida eran variables asociadas a la clasificación de los participantes en las cuatro categorías de peso. En el resto de variables, entre ellas, el número de comidas realizadas al día, algunas variables relativas al desayuno o al consumo de comida basura, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas. Estos datos contradicen algunos estudios previos pero confirman el valor de ciertas circunstancias relativas a qué consumen los niños, cómo y cuándo, cuya relación con el peso corporal de estos apenas han sido estudiadas hasta la fecha.